Imaginemos una montaña aún sin explorar.
Supongamos un guía que quiere llevar a un grupo de escaladores hasta la cima.
Es importante que les guíe por el camino con mayores posibilidades de éxito, teniendo en cuenta que las reservas son limitadas.
Para lograrlo, será necesario que el guía explore previamente la montaña. Será necesario que emprenda el camino muchas veces y vaya probando nuevas vías. En esta primera fase, lo más importante es aprender bien cada paso del camino, cada nueva situación. Habrá que hacer uso del GPS y registrar dónde hay pasos complicados, donde hay que retroceder, donde hay que utilizar cuerdas, seguros, etc. No es tan importante llegar a la cima como conocer el camino al detalle.
Ascender una nueva montaña, implicará errar por el camino, probar diferentes opciones, registrarlas en el GPS, dejar anclajes en el camino, etc. Implicará, además, tomar decisiones rápidas y certeras en pasos estratégicos.
De alguna manera, los procesos de innovación social se asemejan a lo anterior. Cada proceso de innovación es nuevo y diferente y, por tanto, lleva constantemente a situaciones inciertas pero que exigen respuestas inmediatas. En la búsqueda de soluciones, tendremos que errar y descartar ideas que nos parecían acertadas al principio y, otras veces, trabajaremos con ideas que nuestra lógica hubiera desechado.
Sin embargo, las situaciones pueden ser tan complejas y diferentes unas de otras que es fácil perderse en la cantidad de información y perder el objetivo deseado.
La “Developmental Evaluation” (DE) precisamente nos ofrece esa guía, ese marco de aprendizaje que nos permite seleccionar en cada momento aquella información relevante para nuestro proceso específico de innovación. Más importante todavía, en SIC4Change estamos convencidos de que implicar a los actores tomadores de soluciones como sujetos activos en el desarrollo de cada DE, es crucial para que tengan toda la información necesaria y precisa que les permita orientar la estrategia en los momentos clave de toma de decisiones.