La lactancia materna contribuye a mejorar el bienestar de la niñez y la salud de la madre y además crea lazos de afecto en la familia.
En este sentido, organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Gobierno de Guatemala, Organizaciones No Gubernamentales y lideresas comunitarias, como las comadronas y facilitadoras de salud, llevan a cabo campañas, proyectos y trabajo voluntario para promover la lactancia materna como alimento exclusivo para la/el recién nacida hasta los 6 meses de edad y, en combinación con los alimentos adecuados hasta los 2 años de edad.
*Tabla “Calendario orientativo de incorporación de alimentos” de la publicación "Recomendaciones de la Asociación Española de pediatría sobre la alimentación complementaria". Modificada de “Recomendaciones para la alimentación en la primera infancia”, de Agència de Salut Publica de Catalunya, 2016.
Al ser una fuente de obtención de nutrientes necesarios que reducen los riesgos de padecer desnutrición, la leche materna contribuye al bienestar del bebé. Además le provee protección ante el riesgo de contraer enfermedades estomacales, respiratorias, alergias, entre otras.
Muchas personas creen que la lactancia es una práctica que únicamente es buena para las y los infantes, sin embargo, existen estudios clínicos que indican que el amamantar puede reducir las posibilidades en las mujeres de padecer cáncer de senos y ovarios, diabetes gestacional, hemorragias y depresión postparto.
También es clave resaltar que los lazos de afecto en las familias son importantes para todos sus miembros, incluyendo a las y los nuevos miembros. Tradicionalmente se considera que la madre es la única que crea lazos con el infante debido al embarazo y la lactancia. Sin embargo la Asociación Española de Pediatría (AEP) declara que durante la etapa de lactancia, como en otras etapas de desarrollo del bebé, el padre puede continuar con la construcción de lazos de afecto con este y la madre a través de acunar, dar abrazos, hablarle, jugar, cambiar pañales y realizar todas las actividades necesarias del día a día para aportar al bienestar del nuevo miembro de la familia.
Como todo proceso, la lactancia materna implica un tiempo de adaptación que requiere de paciencia y la adquisición de conocimientos, los cuales son provistos principalmente por personal de salud, facilitadoras de salud comunitarias (comadronas, madres guía, etc), y personas que integran redes de apoyo, como por ejemplo otras madres, abuelas, amigas y consejeras, permitiendo así que este proceso sea aún más llevadero.
Sin embargo, alrededor de la lactancia materna existen varios mitos, prejuicios y creencias erróneas que se desarrollan y fundamentan desde la desinformación. Algunas de las más comunes son que la producción de leche depende del tamaño de los pechos, que una mujer que da de mamar no puede embarazarse o que se debe implementar horarios para la lactancia.
Desde SIC4Change en el año 2019, con el apoyo de del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), comadronas y madres pertenecientes Huehuetenango y Sololá, identificamos que aproximadamente 70% de las madres reconocen los beneficios y tienen prácticas adecuadas de lactancia. Las que no las tienen es debido a la falta de información o mitos alrededor de la lactancia materna.
Las dificultades de acceso a la información de las familias se deben, principalmente, a las largas distancias que existen entre las comunidades y los centros comunitarios de salud y que las actividades de formación se basan en la capacidad del personal para movilizarse y dar formación presencial.
En la ONG enfocamos nuestros esfuerzos en la búsqueda de soluciones innovadoras a problemas sociales recurrentes. En respuesta a la falta de difusión de información relacionada a la lactancia materna y tras consultas con las/los actores, SIC4Change desarrolló la plataforma de acompañamiento formativo, SAVIA. A través de esta se envían mensajes de texto a las familias con embarazadas y niñez menor de 5 años, los cuales contienen información y recomendaciones para cuidados materno-infantiles que se ajustan al contexto de las comunidades y al período de desarrollo del embarazo y crecimiento del infante.
Como parte del acompañamiento a las familias, estas reciben mensajes de texto con contenido sobre la importancia de la lactancia materna, los meses en los que se debe de dar de forma exclusiva y los alimentos que son apropiados para combinarlos con esta a partir de los 6 meses. Adicionalmente, las comadronas y otras actoras de salud comunitarias reciben refuerzos sobre estos temas a través de talleres y capacitaciones.
A la fecha, los resultados de implementación del acompañamiento en consejería familiar a través de SAVIA, han aumentado, no solo el número de madres que practican adecuadamente la lactancia materna, sino que también el número de madres y padres que tienen mejores prácticas de cuidados materno-infantiles en el hogar y asistencias oportunas a los centros de salud para garantizar el bienestar del bebé y la madre. En 2023 el proyecto es ejecutado en Guatemala y Perú.
Madre participante del proyecto en desarrollo Savia Ashaninka en Perú.
Madres participantes del programa Savia Nuevos Hábitos en Guatemala. Como resultado del mismo,
325 mujeres y 48 hombres mejoraron su conocimiento y adquirido nuevos hábitos relacionados con el cuidado del embarazo y de las y los menores de 2 años. 294 niñas/ niños se beneficiaron de los nuevos conocimientos y cambio de comportamiento en el cuidado por parte su familia.
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